Ya es viernes y estamos prontos a cerrar nuestras labores semanales, pero no podemos hacerlo sin antes desearles paz, libertad y prosperidad. A través de este medio, todos los integrantes del equipo del Liceo Bicentenario de San Bernardo, nos permitimos entrar por unos momentos en vuestros hogares.
Y lo hacemos desde esta institución, que es la de todos ustedes, con la seguridad de que, en esa noble correspondencia de hospitalidad que distingue a los integrantes de la comunidad educativa, nos acogerán por unos instantes en sus hogares para desearles una bella navidad.
Este saludo va especialmente dirigido a nuestros jóvenes estudiantes y sus familias que tienen la ilusión de convivir en la paz y el progreso del país. Naturalmente en estos días sentimos que se acortan las lejanías y las separaciones, y en la emoción común que se respira a lo largo de estos días deseamos unirnos a este ambiente de afecto y esperanza.
No pretendemos, sin embargo, que los sentimientos de la navidad oculten, sino más bien que iluminen, la propuesta de educación en valores que mueve nuestro proyecto, y que es, en el fondo, el compromiso insobornable, permanente y decidido del Liceo Bicentenario de San Bernardo.
Para construir una sociedad más pluralista, más estable, más hermosa, estamos convocados todos, cualquiera que sea nuestra condición. Por eso, cuando llegan fechas como éstas, echamos siempre una ojeada al camino y procuramos repasar las cuentas de lo que hemos hecho y de lo que queremos hacer en el futuro.
No cabe duda de que lo andado en estos casi tres años ha sido mucho, con esfuerzo y sacrificio, pero también con decisión, esperanza y optimismo.
La paz, la democracia y prosperidad de las sociedades desarrolladas, a las que pertenece Chile, no se construyen fácilmente, sino que son la consecuencia del trabajo y la voluntad de superación de sus miembros.
La prosperidad, la libertad y la paz, no se consiguen sin estar unidos.
Unámonos en la familia, que la nochebuena construya un cerco de amor en torno nuestro y en este núcleo fundamental que nos vincula. Los hijos en los padres y éstos en los hijos, en un diálogo que, a veces, puede ser áspero, pero que es la razón profunda de la vida y de la historia.
La unión de las personas con otras en unos objetivos básicos, ajustando, sin violencia, sus intereses.
Es en esta profunda creencia superadora donde se hace posible la evolución hacia una mejor convivencia nacional. Como Liceo, creemos que la unidad y la paz que son las convicciones profundas de la navidad son las premisas que nos consolidarán como sociedad. Con esta convicción presente, reiteramos nuestro saludo a toda la comunidad.
De todo corazón, Feliz Navidad a todos!