Muchos estudiantes de cuarto medio están a días de rendir su PSU, mientras para otros, aún en el liceo, el periodo de pruebas finales está en desarrollo. En esta época, ríos de café, nervios y noches sin dormir ocupan los días de muchos estudiantes, lo que agrega un elemento que les dificulta su estudio: la ansiedad. Más del 25% de los alumnos ve su rendimiento afectado por culpa de este factor.

Según nos señala el psicólogo Andrés Fernández, la ansiedad es una respuesta emocional de adaptación absolutamente normal ante eventos de resultados inciertos y es un factor que puede ayudar a enfocarse mejor sobre un objetivo. El problema surge cuando los niveles de ansiedad se disparan innecesariamente, dando lugar a lo que se llama ansiedad desadaptativa.

Según Fernández, existen distintos niveles de ansiedad y todos de manejan de distinta manera. Por ejemplo, un estudiante que no ha preparado adecuadamente sus pruebas por procastinación presenta una ansiedad racional y es superable en la medida que revise sus hábitos de estudios. A su vez, un estudiante que tenga niveles de presión extra debido a un perfeccionismo inflexible puede desarrollar niveles de ansiedad que lo bloqueen en este periodo.

También es muy importante aprender a utilizar estrategias de autocontrol para conocer aquellos factores que influyen de forma positiva o negativa en el comportamiento y poder modificar los malos. El lugar y el ambiente en el que se estudia es muy importante. Si no es cómodo y seguro, es mejor buscar otro lo antes posible.

Pero si se trata de ansiedad irracional, Fernández señala que es importante que aprendas a relajarse de forma adecuada. Por tanto, una de las claves es aprender una técnica de relajación para controlar las manifestaciones fisiológicas de la ansiedad, «por ejemplo, con la respiración profunda o la relajación progresiva», aconseja. Practicar alguna actividad física o deportiva también es una valiosa alternativa para liberar tensiones.

Por otra parte, es importante aprender a controlar nuestros pensamientos, es decir, la técnica de control de respuestas cognitivas, o lo que es lo mismo, cambiar los pensamientos y autoverbalizaciones negativas por otras más positivas. Considerando que el lenguaje genera realidad decir «me estoy poniendo nervioso y no me voy a poder controlar» tiene un tono negativo frente a un «me estoy poniendo nervioso«.

Por lo tanto, en ese proceso de pensamiento es mejor parar un momento para hacer respiraciones profundas y relajarse y así poder continuar con el examen. Finalmente, la clave siempre es tener confianza en sí mismo y colocarse metas realistas.